Ready-ready made 1914-2001



Resumen de entrevista. Santiago Montoro Weinberg.
-A propósito de falsas apariencias y sueños rotos le contaré una cosa que me sucedió. Es la historia de una decepción. Hace pocos años tuve la oportunidad de visitar en Italia una exposición sobre el Dadaísmo. Yo suponía que iba a ver los auténticos ready mades de Duchamp. Pues no, el portabotellas parecía nuevo, apenas tenía nada que ver con aquella pieza oxidada cuya fotografía había visto yo tantas veces. Allí mismo me informaron que el original se había extraviado. ¿Sabe usted algo de ésto?
El portabotellas era bastante nuevo y le aseguro que se trataba de una burda copia. Yo también visité aquella exposición y me pasó lo mismo que a usted. Duchamp concibió esa obra en 1914 y fue su primer ready made no manipulado. Se extravió un año más tarde, en plena guerra mundial. Nunca más se supo.
-Esto es lo que me extraña. Su portabotellas de “Ready-ready made (1914-2001)” parece el verdadero. Respóndame, ¿lo ha encontrado usted?
Yo sostengo que éste es el verdadero. Como verdadero lo presenté en la exposición colectiva “Una locura” comisariada por Juan Bufill.
-Se lo diré de otra manera. La crónica que acompaña a la pieza parece demostrar su autenticidad. ¿Es el verdadero o es otra réplica?
Se lo digo de verdad. La cronología, la historia de lo sucedido con la pieza -como sucede con la mayoría de las crónicas y cronologías- puede que no sea completamente fiel a la realidad, pero es evidente que mi portabotellas no es una réplica, a diferencia de lo que sucede con todos aquellos otros portabotellas de Duchamp que pueda usted contemplar en los museos. Eso son simples reproducciones, como lo que usted vio en Italia. Fueron fabricados décadas más tarde a imagen y semejanza de aquella obra extraviada. No son, ni de lejos, aquel objeto prefabricado que Duchamp descubrió, eligió y cambió de contexto a principios del siglo XX. El del maestro era un solo portabotellas y era de verdad. El mío también y, además, va firmado.


Fragmento de"Apropiaciones", del programa del CCCB "Soy cámara" para TVE. 2011.





Summary of an interview. Santiago Montoro Weinberg.

-Speaking of false appearances and broken dreams, I'll tell you about something that happened to me. It is a story of disappointment. A few years ago, I had the opportunity to visit an exhibition on Dadaism in Italy. I assumed I was going to see authentic ready-mades by Duchamp. But no, the bottle rack looked brand new, nothing like the rusted piece I had so often seen in photographs. Right there, I was informed that the original had been lost. Do you know anything about this?
The bottle rack was quite new, and was definitely a lousy copy. I visited that exhibition too, and had the same experience you did. Duchamp conceived that work in 1914, and it was his first non-manipulated ready-made. It was lost a year later, right in the middle of the World War I. Nothing more was ever heard about it.
-That's what surprises me. Your bottle rack in “Ready-ready made (1914-2001)” looks like the real thing. Tell me, did you find it?
I maintain that this is the real one. I presented it as such at the group exhibition entitled “Una locura”, commissioned by Juan Bufill.
-Let me put it differently. The chronicle that accompanies the piece seems to prove its authenticity. Is it the real thing, or another replica?
I'm telling you the truth. The chronology, the story of what happened to the piece - like most chronicles and chronologies - may not be completely accurate, but my bottle rack is obviously not a replica, unlike all those other Duchamp bottle racks you can see in museums. Those are mere reproductions, like what you saw in Italy. They were produced decades later, and made to look like the lost work. They are a far cry from that prefabricated object that Duchamp discovered, chose and placed in another context in the early twentieth century. The master's work was a single bottle rack, and it was real. Mine is, too, and it bears a signature.




Instalación de tres elementos: 
1. Portabotellas de hierro 65 x 50 x 50 cms.
2. Fotografía en papel Kodak 160 x 120 cms.
3. Fotografía en papel Kodak y collage 120 x 30 cms.



2001 (foto Faustí Llucià)




CRONOLOGÍA

París, 4 julio 1914. Marcel Duchamp compra, en el Bazar de L'Hôtel de Ville, un porta-botellas de hierro colado concibiendo de esta manera su primer ready-made no manipulado; un objeto manufacturado elevado a la categoría de arte por decisión propia. Según él mismo explica, este objeto no está pensado para ser exhibido, es sólo para su "consumo personal".

París, 15 junio 1915. Huyendo de la 1ª Guerra Mundial, Duchamp se despide de su hermana Suzanne y se traslada a Nueva York; ciudad en la que había adquirido gran fama el año anterior con la exposición de sus cuadros cubistas en el "Armory Show". En dicha ciudad conocerá a Man Ray.

París, 16 junio 1915. Suzanne Duchamp, pintora, insta a su amante hispano-francés François Claret, comerciante aunque excéntrico, a que abandone su buhardilla de la Porte Saint-Martin y se instale en el estudio de Marcel situado en el mismo edificio en el que viven ella y su marido farmacéutico.

París, 7 julio 1915. François Claret, tras una agitada noche en la que Suzanne acaba escenificando el cuadro de su hermano "Desnudo bajando las escaleras", decide abandonar el estudio de Duchamp. Se traslada a Barcelona para ocuparse del negocio familiar de cuchillería, llevándose consigo el porta-botellas con el convencimiento de que es un artilugio fabricable y comercializable en España. 

Nueva York, 15 enero 1916. Duchamp escribe a su hermana explicándole que tiene la intención de realizar una segunda versión de ciertos ready-mades. Ante la imposibilidad de encontrar en América botelleros como los que se utilizan en Francia, le pide a su hermana lo siguiente:
".../... Si has subido a mi estudio, habrás visto que hay un porta-botellas. Lo compré como una escultura ya hecha y tengo la siguiente intención, escucha: aquí en Nueva York he comprado objetos del mismo estilo y los trato como ready-mades. Sabes inglés suficiente como para entender el sentido de 'tout fait' que le doy a estos objetos. Los firmo y les añado una inscripción en inglés. Por ejemplo .../... Todo este preámbulo para decirte: coge el porta-botellas, haré un ready-made a distancia. Debes escribir abajo, en el interior del círculo inferior, en letras pequeñas, pintadas con pincel y óleo blanco, la inscripción que te daré después y la firmarás con la misma escritura de la siguiente manera: d'après Marcel Duchamp".
(El final de la carta, la hoja donde aparecía la inscripción que Suzanne debía pintar, se perdió).

París, 22 marzo 1916. Suzanne Duchamp envía una tarjeta postal a su amante en Barcelona François reclamándole el porta-botellas y desvelándole cómo aquel objeto estaba a punto de convertirse en una obra de arte muy cotizada en Nueva York.

Barcelona, 7 mayo 1916. El propio François, lejos de devolverle el artilugio a Suzanne, realiza la inscripción sobre el botellero tal y como debía hacerla ella.
Acto seguido escribe una carta a Donald Pitt y Henry Scott, florecientes comerciantes de arte americanos, ofreciéndoles el genuino y valioso ready-made de Duchamp.
Extrañamente, la carta no llegó a su destino y fue devuelta al remitente. De la decepción pasa a la acción: François Claret se convierte en artista del ready-made, al igual que Marcel Duchamp; con mucha menos originalidad que el francés, por supuesto, pero con mucha más ambición.
El portabotellas traído de París será, a partir de ahora, su secreto mejor guardado.

Nueva York, 17 octubre 1916. Duchamp escribe de nuevo a su hermana y le pregunta:
"¿Has escrito ya la frase sobre el ready-made? Hazlo y envíamela (la frase) indicándome cómo lo has hecho.

Marcel Duchamp nunca más volvería a saber de aquel porta-botellas. Suzanne nunca más volvería a saber de aquel amante. Ninguno de los dos hermanos sería capaz de recordar aquel texto sin "sentido normal", que Suzanne debía escribir.
El ready-made original no fue fotografiado por lo que, no sólo la inscripción, sino también la forma exacta del porta-botellas ha sido desconocida durante décadas.

Barcelona, 8 junio 1922. François, ahora ya Francisco Claret, o simplemente Paco, logra, tras varios años de insistencia, exponer sus ready-mades en la Sala Dalmau, justo en el mismo lugar en donde Duchamp, diez años antes, expusiera su “Desnudo bajando las escaleras”. El nombre de Claret empieza a sonar en los círculos artísticos más vanguardistas.

París, 22 mayo 1936. Duchamp muestra un porta-botellas en la "Exposition Surréaliste de Paris". Al no tener el ready-made original, Marcel no dudó en comprar otro botellero, convirtiéndolo en la primera réplica de dicho ready-made. No tenía la garantía de que fuera idéntico al que compró en 1914 pero la fidelidad a la forma de aquel primer porta-botellas no era, para Duchamp, lo más importante.  

Nueva York, 1935-1941. Duchamp realiza la "Boîte en valise". Una serie de 20 cajas en las que reúne, en forma de reproducciones en miniatura y fotografías, la mayor parte de su obra. El contenido de cada caja es siempre distinto. Alguna de ellas contiene ya la fotografía que Man Ray hizo de la réplica del porta-botellas expuesto en París. Se trata de una fotografía hecha expresamente para ser incluida en dicha serie de cajas y cuya fecha exacta de realización se desconoce (1935-1936 aprox.). Este segundo porta-botellas se queda, arrinconado, en el estudio del fotógrafo.

Madrid, 4 abril 1957. Francisco Claret realiza su exposición retrospectiva “35 años redimiendo”. Su ready-made “La huida del soldado u Homenaje a Duchamp” es adquirido por Pitt & Scott de Nueva York.
Le ha llegado la hora de ser reconocido como uno de los artistas claves del periodo anterior a la guerra civil. Ciertas crónicas de la época comentan que los primeros “redimidos” claretianos son anteriores a los de aquel artista francés llamado Duchamp.

Nueva York, 26 noviembre 1958. Duchamp escribe a Man Ray, que entonces está en París, comunicándole que "The American Federation of Arts" quiere organizar una exposición de objetos. Le dice: "¿Conservas todavía mi porta-botellas? Envíalo por favor, a través de Lefebvre a Roy Moyer en Nueva York. Si lo has perdido, puedes comprar otro en el Bazar de l'Hôtel de Ville".

Nueva York, 6 febrero 1959. En una carta a Man Ray, Duchamp le agradece el envío del porta-botellas, que ya forma parte de la muestra itinerante "Art and the Found Objects", preguntando además si le ha ocasionado algún gasto.
(No hay documentación que explique si Man Ray recuperó el porta-botellas arrinconado o tuvo que comprar un tercero).

Estocolmo, 3 septiembre 1961. Ulf Linde, director de la "Thielska Galleriet", realiza una réplica del ready-made, que Duchamp firma. No se asemeja a la primera réplica de 1936. Posteriormente será destruida.

Milán, 5 junio 1964. Arturo Schwarz, galerista y amigo de Duchamp, fabrica 8 réplicas que el propio artista firma y numera. Duchamp se compromete, además, a no firmar más ready-mades con el fin de proteger esta edición. En realidad, estos nuevos porta-botellas sólo se parecen al de 1936 en cuanto a forma, no en medidas y mucho menos en aspecto. Una pieza de esta edición se halla en la colección del Philadelhia Museum of Art.

París, 2 octubre 1968. Marcel Duchamp fallece a los 81 años de edad.

Miami, 3 octubre 1968. Francisco Claret fallece a los 82 años de edad.

Estocolmo, 15 enero 1975. Ulf Linde fabrica su segunda réplica personal, esta vez tomando como modelo las réplicas de Schwarz. Se halla, sin firmar, en el Museo Moderno de Estocolmo.

Barcelona, 22 mayo 2000. Antonio del Campo Claret, poeta fracasado, nieto y heredero de Francisco Claret, descubre en un rincón del viejo almacén de la antigua cuchillería familiar, el porta-botellas que trajo su abuelo de París, la tarjeta postal de Suzanne y la carta a Nueva York que fue enviada y devuelta en 1916. Al estilo del mejor ready-made, el poeta añade un nuevo franqueo a la vieja carta y la envía de nuevo. El sobre llega a su destino 84 años después de ser enviado por primera vez.

Nueva York, 31 enero 2001. Tras unos meses de secretas negociaciones, el porta-botellas de 1914, con la inscripción y la firma, al igual que la tarjeta postal de Suzanne con las indicaciones de Duchamp para la inscripción, pasan a formar parte de la prestigiosa colección Pitt & Scott, New York.

Antonio del Campo Claret, el poeta que quiso ser gracioso reenviando una carta, acabó, de un plumazo, con el prestigio de su difunto abuelo.
El porta-botellas original de Duchamp ha salido a la luz. No hay más que verlo para darse cuenta que es el auténtico. Habla por si solo.

De Val